Hace algún tiempo me dispuse a observar a los jóvenes de la educación media, para así poder preguntarme el porqué de su actuar, a temprana hora de la mañana me paseé por los pasillos de mi colegio, mientras todos se hallaban en su primera clase del día, donde supuestamente todos están con las energías renovadas para empezar una nueva jornada de aprendizaje, pero asombrosamente me encontré con alumnos bastante desmotivados, con actitud de apatía e indiferencia acerca de lo que se les presentaba por el profesor en el pizarrón, prefiriendo desviar su atención en cualquier otra actividad que les parezca más entretenida, menos en lo que hoy en día nos enseñan en el colegio. Me pude dar cuenta que estos jóvenes , no saben bien el porvenir de sus vidas, por lo que no le toman mayor peso a lo que puede ayudarles a futuro en su éxito laboral.
¿Porqué me refiero tan sólo al éxito laboral? porque hoy en día nos encontramos en una sociedad de supervivencia, donde cada uno debe preocuparse de su propio éxito, donde nada más que el intelecto te ayuda a ser mejor y a tener, claramente, un buen puesto de trabajo, porque actualmente, viéndolo de una manera bastante esquemática, el que desarrolla el intelecto tiene un mejor puesto de trabajo, y por lo tanto es el “amo”, y el que desarrolla lo manual, tiene un trabajo peor remunerado, por lo cual representa al “esclavo” del amo. Para que sea de mayor entendimiento, un ejemplo sería, un constructor civil y un obrero, el primero personificaría lo que llamamos el amo, y el segundo, obviamente, el esclavo, pero esta separación no es algo que a nacido ahora, sino que tiene un origen histórico, me estoy refiriendo a la relación amo-esclavo, que viene desde las civilizaciones más antiguas, , y por ende es algo muy difícil de cambiar en el día hoy. Por esto expongo que vivimos en una sociedad de supervivencia, donde hay un individualismo invadiendo todas las calles de las ciudades, llegando silenciosamente a las casas de cada uno de nosotros, lo que ayuda a acrecentar nuestro ego, logrando ceguedad respecto a las otras personas, y reduciendo nuestro proyecto de vida a algo tan mínimo como el trabajar y ganar dinero. Por esto unos y otros luchan por el poder, por la buena remuneración, ascendiendo y ascendiendo económicamente, y no siempre de la forma más limpia. Estamos todos sometidos en este sistema de vida, donde la importancia de ésta radica en tus ingresos y las posibilidades que se te dan. . No es raro ver a alguien muy exitoso, de vida lujosa y un buen puesto de trabajo que se siente vacío como persona, pero es en lo que hemos crecido, lo que nos han inculcado en todas partes, desde nuestros padres hasta nuestra educación formal, la cual, a mi juicio, tiene la mayor influencia. Es en el colegio en donde crecemos, jugamos y aprendemos, donde nos exigen ser buenos, los mejores, quizás en matemáticas, lenguaje o cualquier otro ramo, diciéndonos lo que necesitamos o no, lo bueno y lo malo desde que somos pequeños, sin permitirnos la capacidad de discriminar por nosotros mismos, y adhiriendo a esto el nunca ayudarnos a descubrir quienes éramos, sino tan sólo dedicarnos al estudio de las disciplinas que hoy los jóvenes encuentran en su horario de clases. Y fue desde aquí en donde empezamos a competir entre nosotros mismos, hasta con nuestros propios amigos, la buena nota o la felicitación del profesor, nos llenaba de orgullo. Pero éramos tan pequeños, que no nos dábamos cuenta de lo que provocaba el colegio, es decir, meternos en el juego del que uno nace y muere sólo, por lo tanto hay que tratar de uno ser el mejor, y claramente que importa el otro, por ti que el del lado esté más incapacitado, te da más posibilidades de subir fácilmente, de destacarte
Así es la era Contemporánea, donde la educación nos prepara para sobrevivir económicamente, para nuestra inserción laboral, y es por este motivo que se produce una gran discriminación socioeconómica en la educación, obteniendo de esto una diferencia abismante entre los alumnos que estudian en colegios privados y los que estudian en municipales, pues a los primeros se les dan muchas más posibilidades de entrar a la universidad y después conseguir un trabajo, mientras que los segundos quedan mucho más marginados respecto a estas posibilidades. No debería porque un alumno del colegio Saint George recibir una mejor educación que uno de alguno municipal, pero se da en demasía, ya que los padres adinerados, pretenden que sus hijos sean igualmente de adinerados, por lo cual les buscan la mejor educación, dándoles la suerte de luego tener una muy buena base para desarrollar sus capacidades, mientras que los jóvenes de los sectores más pobres, por más que quieran una buena base, necesitan lo que no tienen para obtenerla, dinero. Para mejorar la educación se debería partir desde la base de este gran problema, para que todas las personas tengan las mismas posibilidades, ya que tendrían una formación homogénea, y a la hora de obtener éxito sería por factores internos de cada una de las personas, como el esfuerzo, la perseverancia o la habilidad innata o desarrollada, y no por uno externo y tan importante como lo es la educación.
Pero al problema que yo quiero plasmar en este escrito va mucho más allá aún, si bien las diferencias de educación entre establecimientos claramente no debiera seguir existiendo por algo de humanidad e igualdad, yo me quiero centrar en el ámbito de que nos eduquen para conformar una vida plena y no sólo laboral, para finalmente poder llegar a la felicidad. Que la educación recorra senderos más vastos que los de las ya sabidas disciplinas del conocimiento, en las cuales se centran las mayorías de los colegios, pues hay unos pocos, como los artísticos que se centran en otras disciplinas además.
Para partir, deberemos ver cuales son los factores que han declinado. Algo fundamental es que se a perdido el desarrollo de un proyecto de vida completo, que contenga la estabilidad emocional, nuestro alrededor, nuestro progreso, nuestra autorrealización, entre otras cosas, pero si se ha perdido, a sido porque hay un enfriamiento de las personas, porque se mueven como máquinas vivientes, rápidas y mecánicas, sometidos a una rutina diaria que se reitera todo el tiempo, y muchas veces se reduce a tan sólo dormir, comer y trabajar, sin desarrollar los valores básicos de la vida, como el respeto, el amor, la humildad, la honestidad, y un sin número más, los cuales debieran ser un punto importante de nuestro diario vivir, sin embargo, hoy casi no se toman en cuenta, quizás hasta esté sobrando el casi, ya que me percaté de esta falta de valores a través de tan sólo una pregunta que me dediqué a hacerle a algunos jóvenes de la educación media. Les dije que qué era lo que los haría más felices sus vidas a la hora de ser independientes, y la mayoría me dijo, como primera respuesta, tener una buena situación económica y una familia, al escuchar esto les agregaba la pregunta ¿De que forma quieres tener una buena situación económica? Y la respuesta fue, casi unánimemente “en algo que me de plata”. Lo de la familia es muy respetable y normal, lo típico que la mayoría quiere, porque es lo que ve en su casa y en la sociedad en general, pero con gran sorpresa, y nada grata por supuesto, el hecho de no escuchar a ninguno decirme “estar en tranquilidad y armonía con mi ser interior” o “desarrollarme en el ámbito que me guste” o la simple frase “ser feliz” me abrió los ojos respecto a lo que pasa con las personas hoy en día, responderme con un “algo que me de plata” sorprendente, pero muy triste, pues eso no siempre va a ser lo que a uno le guste. Además para ser una persona plena, más que tener una buena situación económica, que igualmente tiene su grado de importancia, se necesita una tranquilidad del ser, un autorrealización que nos alimente.
¿Cómo es posible vivir así?, aún no llego a la respuesta, y veo bastante difícil llegar a ella algún día, pero sólo sé que sin el desarrollo de los valores es imposible llegar a la felicidad, ser una buena persona, es decir, íntegra, nos llenaría el espíritu, y generaría una vida más sana en todo ámbito, pero como esto no ocurre, las personas se llenan de antivalores para ser exitosos; mienten, roban, traicionan, matan, pasan por encima de las personas, estafan y engañan, entre muchos más. Es tan simple como que prendamos el televisor y veamos el noticiero, nos vamos a sorprender, negativamente, con lo que vemos, políticos que prometen el oro y el moro, pero no cumplen, eclesiásticos corruptos y pedófilos, o músicos ensimismados en su fama que se vuelven adictos a las drogas, son algunos de los tantos casos existentes. Y esto es porque el dinero (muchas veces, pero no siempre) ensucia a las personas, la ambición y la codicia se apodera de ellos, transformándolos en seres inhumanos y malignos, capaces de hacer cualquier cosa con tal de conseguir éxito. Y todo radica en lo que planteo aquí, la educación, eso es lo que nos hace tal como nos vemos hoy, ahí está el problema, la falta de valores, el hecho de no disfrutar de cosas tan pequeñas como mirar el cielo por largo rato, o llenarse los pulmones cuando tomamos una bocanada de aire en un lugar libre de contaminación. Pero no hay tiempo para esto, nos tapan de pruebas, trabajos, presentaciones y tareas, muchas veces generándoles un estrés a los alumnos, e impidiéndonos la felicidad, pero indudablemente ayudándonos a que uno esté preparado intelectualmente para lo que nos toque vivir a futuro, como ya mencionamos, basado en lo que pide la sociedad de hoy. ¿Qué pasa con la enseñanza de ser feliz? Se perdió entre oficinas, frialdad, ambición y codicia, y probablemente se encuentre temerosamente escondida en lo más profundo de algún cajón.
Como dice muy correctamente Pitágoras “Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida”, esto es precisamente lo que debiera ser la educación, y lo que era antiguamente, pero el objetivo de ésta se ha perdido con el tiempo, los cambios, a fin de cuenta, con la tercera revolución industrial, en donde comenzó el período de la informática, en computador, la llegada de todo mucho más veloz, lo que trajo como consecuencias movernos con una rapidez y evolución que avanza a pasos agigantados, haciéndonos simplemente funcionar, metiéndonos y metiéndonos a la fuerza millones de conocimientos intelectuales para que hagamos todo de la manera más “correcta” y sin molestar.
Lo que estaríamos necesitando es que nos inculquen un desarrollo integral para llegar a la felicidad, y así poder disfrutar de todos los aspectos que se nos presenten en el camino, pero para eso deberemos dejar de ser receptores pasivos, que solo recibimos y asimilamos la información expuesta, sin cuestionarla ni analizarla, tan solo la guardamos en nuestra cabecita sin, muchas veces, capacidad de integrarla con otros conocimientos ya adquiridos, pues somos como computadores que guardan la información casi tal cual como la muestran, tomándola siempre como lo certero, como si no nos acomodáramos a la actualidad, donde la relatividad esta muy presente, ya que nada es una verdad absoluta, sino todos los planteamientos son verdaderos, aunque entre estos se contradigan, siempre y cuando sean bien argumentados para que tengan peso, lo que significa, en resumidas cuentas una negación de la verdad, algo paradójico ¿no?.
En conclusión, ¿Qué es lo que debiera ser la educación?, tal como lo pensaban los antiguos, este concepto debiera significar el perfeccionamiento del hombre de carácter psíquico, corpóreo y espiritual a través de sí mismo, ayudándonos, desde pequeños a encontrar las respuestas a las 3 preguntas fundamentales que son: ¿Quién soy? ¿De donde vengo? Y ¿Hacia donde voy?, siendo este el perfeccionamiento original del hombre en forma singular al sujeto, que finalmente se refiere a enseñar a vivir, y no dedicándonos sólo a las ciencias que carecen de la formación de opinión, o desarrollar un saber extensivo, es decir, aprender más cosa sin saber lo que las cosas son, o simplemente moviéndonos en un mundo donde no hay una realidad existente, porque no existe verdad absoluta, sino tan sólo interpretaciones de ésta. También se desarrollaría la libertad, al cumplir con lo primeramente planteado, ya estaríamos medianamente formados como personas íntegras, con lo cual podríamos desarrollar un proyecto de vida propio (y no igual al de todos), ejerciendo fácilmente nuestra libertad, la cual podría explicarse de mejor manera con un cita de John Stuart Mill que dice “La única libertad que merece este nombre es la de buscar nuestro propio bien, por nuestro camino propio, en tanto no privemos a los demás del suyo o les impidamos esforzarse por conseguirlo. Cada uno es el guardián natural de su propia salud, sea física, mental o espiritual. La humanidad sale más beneficiada consintiendo a cada cual vivir a su manera que obligándole a vivir a la manera de los demás.”, es decir, uno es libre de elegir, mientras no perjudique a los demás, y al elegir se expresa la autenticidad del ser, sin caer en lo bueno y lo malo, sino lo que causa coherencia en las personas, entonces, con autenticidad me estaría refiriendo a ser fiel con uno mismo. Y por último también desarrollaríamos nuestras habilidades en áreas tales como la creatividad, la autorrealización, la crítica y la reflexión, en conjunto con el accionar ante las dificultades y los problemas, ya que tendríamos mucho más claro como enfrentarnos a estos, de la mejor manera posible gracias a nuestra propia sabiduría guiada por un educador, pero adquirida por nosotros mismo, y que la manera de una persona para solucionar las cosas, no sería la misma que la de otra.
Todo esto nos ayudaría a valorar las relaciones humanas y la responsabilidad, porque lo interiorizaríamos sabiendo la razón de esto, y no por el simple hecho de que nos lo hayan dicho, si todo funcionara de la mejor manera, no se producirían robos, ni homicidios, ni faltas de respeto, o cualquier clase de crimen, pero claramente siempre habrá quienes no sepan como desarrollarse, por lo cual esto es algo imposible y soñado, pero siendo bastante más realista, igualmente, y no lo dudo si hubiera un cambio de educación, podría haber una disminución considerable de estos hechos.
Ahora bien, para que quede en claro, yo no estoy expresando que haya un cambio de educación, en donde todo lo intelectual lo agarremos y botemos a la basura como si no valiera nada, dedicándonos tan sólo al desarrollo de los valores, pues así mi planteamiento no estaría bien fundamentado, ya que no seríamos personas íntegras, por lo tanto lo que plasmo es que haya un complemento de ambas cosas, lo cual nos permita en un futuro enfrentar la vida de la mejor manera, con una tranquilidad en todo aspecto, la cual se conformaría de movernos en el alrededor que mejor nos adaptemos, con buenas relaciones humanas, buena cultura, buenas habilidades y un buen trabajo, y a este último quiero dejar en claro que no se debe confundir con lo que a uno le de más dinero, sino con lo que uno quiera realmente ser, y en eso que quiera ser desarrollarse lo mejor posible para conseguir autorrealización.
Lo cual debe quedar bastante presente luego de la lectura de este ensayo, es que la educación no es posible sin el hombre, ya que ésta es por y para él, dado esto debe ser bien implantada, tal y como debe ser, creando un bien para el hombre que lo ayude a surgir como persona, y no tan sólo como trabajador, llegando a la felicidad, siendo íntegro y teniendo la libertad de elegir.